Alzheimer y fisioterapia
Hola a todos y bienvenidos de nuevo a nuestro blog de Fisioterapia de Clínica Fuensalud. En esta ocasión vamos a desarrollar un tema que desde el punto de vista de la Fisioterapia es muy interesante. Este tema al que estamos haciendo referencia es sobre la enfermedad del Alzheimer.
A lo largo del artículo vais a poder descubrir todos los aspectos clínicos que envuelven a esta enfermedad. Pero además os vamos a indicar cuál sería el tratamiento fisioterápico para los pacientes que sufren de Alzheimer.
¡Comenzamos!
¿Qué es el Alhzeimer?
En este punto os vamos a intentar explicar de una manera muy sencilla en que consiste la enfermedad del Alzheimer.
Pues bien, a lo largo del día y en momentos determinados podemos tener pequeños olvidos de dónde hemos dejado por ejemplo unas llaves. Pero estos olvidos son algo puntual.
Pero las personas que sufren Alzheimer estos olvidos cada vez se hacen más constantes y cada vez son más graves.
Por lo que podemos decir que la enfermedad del Alzheimer es una enfermedad degenerativa y progresiva que va a afectar al área del cerebro encargada de la memoria.
Esta pérdida de memoria se produce debido a que el cerebro deja de producir una sustancia fundamental, llamada acetilcolina.
La función que tiene esta sustancia es la de proporcionar la conexión entre las neuronas, que son las que llevan o transportan la información de un movimiento, un gesto o un pensamiento.
Por eso cuando las neuronas no realizan o pierden esa conexión con el tiempo se deterioran, llegando hasta el punto de morirse o necrosarse.
Por lo general esta pérdida de neuronas siempre comienza en el área del cerebro que controla la memoria. Pero a medida que va pasando el tiempo este deterioro neuronal se expande a otras áreas del cerebro, llegando a desencadenar otros síntomas, como por ejemplo alteraciones en el estado físico del paciente.
Hay que decir, que el Alzheimer no es una enfermedad que se instaure de manera brusca, si no que se implanta de manera gradual en el paciente. Es por eso, que hemos comentado anteriormente que es una enfermedad progresiva.
Por lo tanto, cuando el paciente comienza a sentir los primeros síntomas de Alzheimer, la pérdida de neuronas se ha ido produciendo desde hace tiempo.
Es por eso que la enfermedad de Alzheimer sus inicios son insidiosos, y de manera progresiva y paulatina va ir afectando no solo al área cognitiva del paciente, si no que además el paciente va ir viendo cómo de manera progresiva van a estar mermadas otras áreas tales cómo la física y la funcional.
Fases del Alzheimer
Como hemos comentado anteriormente la enfermedad de Alzheimer se va instaurando de manera progresiva en el paciente.
Es por eso que se pueden diferenciar tres fases en la evolución de dicha enfermedad. Estas fases a las que estamos haciendo referencia son:
-
PRIMERA FASE O ESTADIO LEVE
En esta fase el paciente presenta síntomas propios de la enfermedad de carácter leves. Es por ello que aún pueden realizar su vida cotidiana de manera más o menos normal.
-
SEGUNDA FASE O ESTADIO MODERADO
En esta fase los síntomas del Alzheimer se hacen más visibles y es por eso que el enfermo de Alzheimer necesita supervisión casi constante, porque comienzan a perder autonomía e independencia para poder desenvolverse en las actividades de la vida diaria.
-
TERCERA FASE O ESTADIO SEVERO
En esta última fase el paciente es totalmente dependiente. No sólo se observan alteraciones completas del área cognitiva, si no que la afectación física y funcional del enfermo de Alzheimer se encuentra muy mermada.
Es por ello que necesitan supervisión y ayuda constante, ya que son pacientes completamente dependientes e incapaces de realizar cualquier tipo de actividad cotidiana.
Síntomas del Alzheimer según la fase de la enfermedad
A medida que en enfermedad va evolucionando los síntomas que presenta el paciente con Alzheimer también va variando.
Un dato a importante a señalar es que los síntomas no de desarrollan o no se desencadenan por igual en todos los pacientes que sufren de Alzheimer.
Una vez hecho este inciso, vamos a desarrollar los síntomas de la enfermedad según en la fase en la que se encuentre el Alzheimer.
- PRIMERA FASE O ESTADIO LEVE. – Como hemos comentado anteriormente, en esta fase el enfermo aún tiene o presenta autonomía suficiente para poder realizar una vida cotidiana.
En esta fase los síntomas más significativos son los siguientes:
- El síntoma más evidente o significativo es una pequeña pérdida de memoria.
- Existen cambios repentinos en el humor.
- Pueden aparecer alteraciones de la conducta.
- Se evidencia los primeros cambios en la utilización del lenguaje.
- La orientación espacial se comienza a alterar, por lo que comienzan a tener miedo a salir a la calle. Esto puede conllevar que se arraigue el sedentarismo y por lo tanto la actividad física del paciente se vea mermada.
- A consecuencia del punto anterior se actividad social también se ve disminuida, provocando que poco a poco se vayan metiendo más en su pequeño mundo.
- Tienen a estar apáticos y tristes.
En esta fase también se pueden apreciar pequeños cambios físicos, tales como por ejemplo:
- Alteraciones posturales.
- El paciente con Alzheimer comienza a modificar su marcha.
- Hay lentitud en la realización o en la ejecución de cualquier movimiento.
- Y en algunos casos pueden aparecer síntomas de rigidez articular y muscular.
- SEGUNDA FASE O ESTADIO MODERADO. – En esta fase los síntomas que sufre el paciente con Alzheimer son mucho más evidentes y significativos.
Los síntomas más frecuentes de esta fase son los siguientes:
- La pérdida de memoria es muy evidente, sobre todo la memoria a corto plazo, llegando a olvidar cosas que han hecho hace cinco minutos.
- El lenguaje es muy escaso y además es poco fluido.
- En esta fase el paciente con Alzheimer comienza a perder el entendimiento sobre ordenes o frases muy cortas y sencillas.
- Se convierten en personas dependientes de otras para poder hacer cualquier actividad cotidiana, como por ejemplo asearse, peinarse o vestirse.
- El grado de apatía o de tristeza se ve considerablemente aumentada.
A nivel físico el paciente con Alzheimer también experimenta un deterioro importante. Estos cambios son:
- Existe una pérdida en el equilibrio y en la coordinación de los movimientos.
- Comienzan a aparecer síntomas propios del Parkinson.
- El patrón postural se ve claramente modificado.
- La musculatura comienza a debilitarse y a atrofiarse debido al inmovilismo o al sedentarismo del paciente.
- Del mismo modo comienzan a aparecer ciertas rigideces articulares.
- Y como consecuencia del punto anterior, hay dolor cuando se realiza cualquier movimiento.
- Al existir una alteración en la coordinación y en el equilibro aumenta mucho la posibilidad de caídas.
- En ocasiones el paciente no se reconoce a sí mismo delante de un espejo.
En esta fase los pacientes con Alzheimer presentan una alteración de la marcha. Esta marcha o esta manera de andar es muy característica ya que:
- Los pasos son muy cortos.
- Además cuando andan suelen arrastrar los pies.
- El ritmo de la marcha es muy lento.
- Cuando andan adoptan una postura muy significativa. Tanto el tronco como la cabeza la inclinan hacia delante, es decir están en flexión, por lo que esta postura les hace estar siempre mirando hacia abajo.
- Cuando realizan la marcha entre paso y paso tienden a realizar una parada.
- No existe prácticamente movimiento o balanceo de los brazos cuando andan.
- A la hora de caminar la base de sustentación se ve considerablemente aumentada.
- Hay una gran falta de equilibro y de estabilidad.
A consecuencia de la marcha tan característica en los enfermemos de Alzheimer se ve aumentado considerablemente el riesgo de sufrir caídas y por consiguiente padecer las consecuencias con sus posibles complicaciones.
- TERCERA FASE O ESTADIO SEVERO. – Todos los síntomas que de desarrollan en esta última fase de la enfermedad son mucho más desmesurados.
Los síntomas más frecuentes o más comunes de esta fase de la enfermedad del Alzheimer son:
- Todos lo síntomas neurológicos están completamente agravados.
- El humor que presenta el paciente es muy irritable e irreversible.
- La desorientación espacio-temporal es casi plena.
- Presenta una gran rigidez articular.
- La musculatura se encuentra espástica, es decir rígida.
- El paciente presenta contracciones breves y bruscas de la musculatura. Este tipo de movimiento se le conoce con el nombre de mioclonías.
- Del mismo modo el paciente que sufre de Alzheimer en esta fase puede sufrir convulsiones.
- Pero además tienden a presentar movimientos involuntarios en toda la musculatura orofacial. A esto se le conoce como discinesias.
- Debido al inmovilismo que presentan estos enfermos pueden llegar a padecer escaras.
- En esta fase de la enfermedad el paciente con Alzheimer ya no se reconoce ante el espejo.
Al igual que en las fases anteriores a nivel físico el paciente también experimenta cambios muy significativos. Estos cambios son los siguientes:
- La postura en general que adopta el paciente es en constante flexión. Esto también se puede apreciar cuando están sentados, ya que tienen tendencia a inclinarse hacia delante.
- Como el paciente con Alzheimer en esta tercera fase presenta un grado importante de rigidez articular, tienen tendencia a aparecer las deformidades óseas.
- El dolor que siente el paciente es mucho más intenso.
- El inmovilismo es casi total. Pero en algunos casos hay enfermos que en esta fase aún conservan la marcha. Esta marcha siempre se va realizar con ayuda, ya que el riesgo de caídas es mucho mayor, debido a que la inestabilidad y la falta de coordinación es importante.
- Los movimientos voluntarios y espontáneos están completamente suprimidos.
La tendencia de los pacientes que sufren Alzheimer es terminar encamados con posición fetal y con un deterioro cognitivo y físico muy considerable.
En esta infografía os dejo, como resumen, los 10 síntomas más evidentes de la enfermedad el Alzheimer.
¿Cómo se diagnostica el Alzheimer?
Es muy importante que cuando el paciente comience a sentir los primeros síntomas de pérdida de memoria, acuda al médico para poder realizar un estudio de todos los síntomas que tiene.
El especialista que debe realizar un correcto diagnóstico o bien descartar otras patologías neurológicas es el Neurólogo.
Para ello el médico va a hacer uso de una serie de pruebas por imagen para poder determinar qué es lo que le sucede al paciente.
Las pruebas más frecuentes que se suelen realizar para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer son las siguientes:
- Resonancia Magnética (RMN). Se realiza para ver los cambios que esta enfermedad ha producido en el cerebro del paciente.
- PET o Tomografía por emisión de positrones. Gracias a esta prueba se pueden apreciar los cambios que tenga el tejido cerebral, incluso antes de que el paciente comience a tener pérdidas espontáneas de memoria.
- Por otro lado, es importante que el Neurólogo realice una serie de pruebas para poder determinar si el nivel cognitivo del paciente está afectado. Para ello puede hacer uso de varios test. Entre los que habitualmente se suelen utilizar nos encontramos con:
-Eurotest.
-Exploración Neuropsicológica Mínima en Demencias.
-Test de los siete minutos.
Cualquiera de las pruebas por imagen que se realice el Neurólogo podrá observar cómo los lóbulos frontotemporales están atrofiados. Del mismo modo se podrá evidenciar que existe pérdida de la masa cerebral.
Causas del Alzheimer
No se sabe exactamente porqué una persona puede desarrollar esta enfermedad. Lo único que si se sabe es que es una enfermedad que no tiene cura y que progresivamente el paciente va experimentando un deterioro mayor.
Tras muchos estudios, los científicos han determinado éstas las posibles causas por las que se puede padecer Alzheimer:
- Factores genéticos.
- La edad. Las personas mayores de 65 años tienen más probabilidades de sufrir la enfermedad de Alzheimer.
- También va a depender del estilo de vida que haya tenido el paciente a lo largo de su vida. Es decir, aquellas personas que hayan tenido una mala alimentación, con estilos de vida poco saludables y además si han padecido insomnio, son candidatas para poder desarrollar esta enfermedad.
- Pero por otro lado los estudios de los científicos también han determinado que el Alzheimer también tiene un pequeño componente medioambiental.
- Y, por último, los estudios realizados arrojan datos tales como que el número de mujeres que sufren esta enfermedad es mayor frente a los hombres. La explicación que se da a este dato es que es porque las mujeres suelen vivir más años que los hombres, por lo que su cuerpo tiende a degradarse más.
Tratamientos para pacientes con Alzheimer
Una parte fundamental de los pacientes con Alzheimer es recibir un correcto tratamiento.
El tratamiento que debe seguir las personas que padezcan esta enfermedad, debe ser un tratamiento multidisciplinar. Es decir, debe ser seguida por varias áreas de la sanidad.
Por un lado, el papel del Neurólogo es fundamental, ya no solo para realizar un correcto diagnóstico, si no porque además debe prescribir una serie de medicación al paciente para paliar y retrasar la aparición de futuros síntomas.
Del mismo modo el Logopeda también es una disciplina que debe intervenir en la enfermedad del Alzheimer. Como hemos comentado anteriormente uno de los síntomas de esta enfermedad es la pérdida del lenguaje y de su fluidez. Pues bien, el Logopeda va realizar un tratamiento para retrasar esa pérdida de lenguaje y además va a intentar que la comunicación sea fluida e inteligible.
Así mismo el papel del Psicólogo también es importante, sobre todo en la primera fase de la enfermedad del paciente. Ya que le va a ayudar a admitir lo que le pasa y le va a preparar para poder hacer frente a los cambios que va a sufrir.
Pero el Psicólogo no sólo va a ayudar hacer frente a la enfermedad al enfermo, si no que también tiene que preparar a los familiares o a las personas que están a su alrededor.
Y por último, el Fisioterapeuta también va a intervenir en la enfermedad del Alzheimer.
Pero si os parece os explicamos detalladamente en el siguiente punto el papel que juega el Fisioterapeuta en la enfermedad del Alzheimer.
Tratamiento con fisioterapia para pacientes con Alzheimer
Cuando se aplica fisioterapia en personas que sufren de Alzheimer, se hace con la intención de realizar una serie de ejercicios con el fin de estimular y entrenar a la persona que padece de Alzheimer para disminuir o retrasar los síntomas del Alzheimer.
Pero además la fisioterapia va a ayudar al enfermo a mejorar su funcionabilidad y a eliminar el dolor que en ocasiones sienten.
En definitiva, el fisioterapeuta va a mejorar en la medida que se pueda la calidad de vida del paciente.
Para poder conseguir este objetivo es muy importante realizar una exhaustiva exploración física y motora del paciente.
Para que esta exploración sea completa y correcta, es importante que también recojamos la opinión de los familiares sobre cómo observan al enfermo.
Pero además nos debemos también apoyar en los diferentes estudios médicos que se le hayan realizado a nuestro paciente.
Toda la información que podamos recabar es muy importante para poder marcar una ruta de tratamiento efectivo.
Por eso cuando se realice la exploración física de nuestro paciente con Alzheimer, debemos prestar gran atención a los siguientes aspectos:
- Por un lado, debemos fijarnos en las condiciones de la musculatura y de sus articulaciones.
- Es importante observar si durante la exploración que estamos realizando el paciente refiere dolor en algún momento.
- Del mismo modo hay prestar atención a la postura que adopta el paciente. Observaremos si presenta mucho grado de flexión o inclinación hacia delante.
- Así pues también hay que contemplar cómo es y cómo realiza los movimientos nuestro paciente con Alzheimer.
- Es fundamental valorar el grado de coordinación.
- Y por supuesto hay que valorar y explorar la marcha. Este punto es muy importante y por ello tenemos que prestar gran atención a los siguientes puntos:
– Postura que adopta cuando camina.
– La duración de la marcha.
– La longitud de los pasos.
– Tenemos que ver si es o no habitual que utilice algún tipo de ayuda o de apoyo cuando anda.
– Y por supuesto debemos fijarnos en la coordinación y en equilibro que tiene nuestro paciente cuando camina.
Para poder valorar correctamente la marcha y el equilibrio podemos hacer uso de varios test para ver exactamente el grado de afectación que presenta nuestro paciente con Alzheimer. Estos test a los que estamos haciendo referencia son:
-Test de Tinetti.
-La Escala de la marcha.
-El test Up & Go cronometrado.
Una vez realizado la valoración y la exploración es el momento de fijarnos unos objetivos. Hay que decir que estos objetivos deben ser pensados y enfocados a tendiendo a la necesidad específica de cada paciente y teniendo en cuenta en la fase de la enfermedad en la que se encuentra nuestro paciente.
Una vez dicho esto a continuación os vamos a nombrar unos objetivos generales que los fisioterapeutas nos solemos marcar para la evolución satisfactoria de un paciente con Alzheimer:
- Aumentar y/o conservar una marcha funcional e independiente.
- El objetivo de aumentar y/o conservar la movilidad articular.
- Aumentar y/o conservar el tono muscular.
- Mejorar la postura.
- Reducir el dolor.
- Enseñar al paciente a evitar las caídas.
- Y con todo esto de manera indirecta mejoraremos su estado de ánimo.
Algo en lo que quiero hacer mucho hincapié es que el tratamiento fisioterápico del paciente con Alzheimer va a depender mucho del estado en que se encuentre y en la fase en la que se ubique su enfermedad.
Por ello en el siguiente punto vamos a proponer un tipo de tratamiento fisioterápico específico para cada fase o etapa de la enfermedad de Alzheimer.
Programa de Fisioterapia según la fase del Alzheimer
Pues bien, como hemos comentado anteriormente el tratamiento fisioterápico va a variar en función de la fase en la que se encuentre esta enfermedad.
Por lo tanto, si la enfermedad está en:
- PRIMERA FASE O ESTADIO LEVE. – En esta fase en la que el paciente aún mantiene cierto grado de independencia o de autonomía, lo ideal es realizar tanto sesiones individuales o en grupo.
El objetivo principal de esta etapa de la enfermedad es retrasar lo máximo posible la pérdida de ciertas capacidades físicas del paciente y por lo tanto prolongar todo lo posible su independencia.
Es por esto que al paciente se le propone realizar:
- Paseos al aire libre. Siempre se les aconseja que, aunque se encuentren aparentemente bien, que procuren no ir solos.
- Por la parte que corresponde a la Fisioterapia, las sesiones van a ir enfocadas:
- Por un lado, a potenciar el equilibrio y la coordinación.
- En el caso que hayamos observado que tiene algún tipo de alteración en la marcha, trabajaremos este aspecto.
- Trabajaremos las transferencias.
- Trataremos el dolor.
- Nos ocuparemos que el paciente mejore y mantenga una correcta postura.
- Se insistirá en el mantenimiento de la musculatura y del rango articular mediante la cinesiterapia tanto activa como activa resistida.
Un dato a tener en cuenta es que cuando el paciente realice cualquier ejercicio en esta fase nunca le debe producir ni fatiga ni dolor. Los ejercicios siempre deben ser adaptados a las condiciones y necesidades del paciente con Alzheimer.
- SEGUNDA FASE O ESTADIO MODERADO. – Como Hemos comentado a lo largo del artículo en esta fase nos encontramos con un paciente algo más deteriorado físicamente y cognitivamente.
Es por ello que las órdenes o mensajes que emitamos al paciente deben ser cortas, sencillas y muy claras. Además, debemos tener en cuenta que los olvidos en esta fase son mucho más frecuentes y evidentes.
El objetivo principal de esta etapa es trabajar la coordinación y el equilibrio para evitar las caídas (que en esta fase son mucho más frecuentes) y la impotencia funcional o el deterioro físico que presentan.
Por lo tanto, el tratamiento fisioterápico va a consistir:
- Se seguirá realizando cinesiterapia para mantener la musculatura y el rango articular, pero en esta fase se realizará cinesiterapia activa-asistida o bien cinesiterapia pasiva.
- Seguiremos trabajando para eliminar o reducir el dolor que pueda sentir nuestro paciente.
- Continuaremos trabajando en la reeducación postural.
- En esta fase es muy importante trabajar las transferencias, ya que con ellas evitaremos la aparición de las temidas escaras.
- Y por su puesto proseguiremos con el trabajo de la marcha, de la coordinación y del equilibrio.
- En el caso que el paciente presente algún tipo de problema respiratorio, se puede aplicar Fisioterapia respiratoria para evitar complicaciones en sus vías respiratorias.
En esta fase el paciente también puede seguir realizando fisioterapia grupal. Los Fisioterapeutas lo aconsejamos ya que le puede beneficiar para su estado de ánimo y para mantener algo de actividad social.
- TERCERA FASE O ESTADIO SEVERO. – Por lo general en eta fase el paciente se encuentra encamado y su deterioro físico y cognitivo es casi completo, por lo que no atenderá a ninguna orden que le proporcionemos.
En este caso el objetivo principal del fisioterapeuta es evitar que aparezcan cualquier tipo de complicación debido a la inmovilización.
Para ello el tratamiento debe ir enfocado de la siguiente manera:
- Seguir con la cinesiterapia, pero en este caso se realizaría cinesiterapia pasiva. Es importante que las movilizaciones las realicemos de manera suave y lenta para evitar el dolor.
- Trataremos el dolor.
- Se aplicará fisioterapia respiratoria.
- Se trabajará la bipedestación.
- Y en caso que sea posible se continuará con la marcha. Que en este caso sería completamente asistida.
En esta fase el paciente con Alzheimer no podría realizar ningún tipo de actividad grupal, debido a su deterioro.
Bueno pues hasta aquí el artículo referente a la intervención fisioterápica para la enfermedad del Alzheimer.
Espero que os haya sido de utilidad y que hayáis aprendido algo más de esta enfermedad. O bien que os haya despejado alguna duda que tuvierais sobre ella.
De todos modos, si a lo largo del artículo os han surgido alguna duda o pregunta, no dudéis en dejarnos vuestras inquietudes en el apartado de comentarios y las contestaremos.
Pero si por el contrario quieres que tu duda o pregunta sea resulta de manera individual o privada, puedes ponerte en contacto con nosotros.
Y, recuerda compartir este artículo, ya que puede ser de gran utilidad para muchas otras personas.
Clínica Fuensalud, Teresa Leo Jiménez, Fisioterapeuta Colegiada N.º 1651